El equipo de mercenarios digitales “Team Jorge” se atribuye haber ejecutado operaciones de influencia en 33 procesos electorales alrededor del mundo con éxito en 28 de ellos. Para lograrlo, emplearon el sofisticado software AMIS (Advance Impact Media Solutions), que tiene capacidad para crear unos 30.000 avatares como se conoce a las identidades virtuales falsas con capacidad de imitar el comportamiento humano en redes sociales. Según miembros de la organización, han estado vinculados a escándalos políticos en México, Ecuador, California, Cataluña, Trinidad y Tobago, y Venezuela, entre otros.
Si sus operaciones de influencia son verídicas, Team Jorge es indudablemente uno de los mercenarios digitales más influyentes de la industria privada de la desinformación global. Su equipo está conformado por ex agentes gubernamentales y militares israelíes, especialistas en ciberseguridad y marketing político que se dedica a realizar acciones de desinformación sin ningún tipo de sesgo ideológico, para partidos y líderes políticos o empresarios, principalmente por la presunta alta retribución económica.
La efectividad y alcance de estos mercenarios no solo se debe a su talentoso equipo de trabajo, sino también al sofisticado software que emplea. Los miles de perfiles creados operan simultáneamente en redes sociales como Amazon, Facebook, Gmail, Instagram, Twitter, Telegram hasta Airbnb y cuentas verificadas en el uso de criptomonedas, creando por sí mismos publicaciones coherentes para parecer usuarios reales con intereses personales y políticos. Lo anterior, sin lugar a dudas, confirma que la industria de la desinformación está cumpliendo con su destino más pronto de lo pronosticado por los especialistas: simular el comportamiento humano en internet.
Inteligencia artificial (IA): De bots a avatares
En el pasado reciente, las operaciones de influencia en redes sociales eran ejecutadas principalmente por bots, los cuales están diseñados para realizar tareas específicas como posicionar un hashtag y sus interacciones o comportamiento eran ciertamente fáciles de identificar por su carácter repetitivo y robótico. Actualmente, estamos conociendo el alcance de los avatares, quienes, apoyados en inteligencia artificial, van más allá, pues logran representar a una persona o identidad en línea interactuando con usuarios reales en las plataformas e imitando de manera altamente efectiva su comportamiento en la plataforma.
Especialistas como Danny Citrinowicz consideran que el fenómeno de la desinformación actual no debería enfocarse en los bots o cuentas automatizadas, sino en los avatares que son la nueva verdadera amenaza. Estos están siendo creados de manera masiva para obtener información de usuarios reales, guardarla y procesarla. Luego, replicarla en este mismo ejército de avatares, ahora mejorados debido a la información obtenida. Así logran imitar comportamientos humanos coherentes a nivel multiplataforma. Esto evidencia que los avatares son enormemente beneficiosos, tanto para la industria de la desinformación como la de “spyware” o programas espía.
La existencia de Team Jorge y su origen israelí no debería ser una sorpresa. Este país es reconocido a nivel internacional por su fuerte industria del “spyware” o también llamada como mercenarios cibernéticos. El caso más conocido es el del programa Pegasus de espionaje y vigilancia, el cual fue creado por la empresa NSO Grupo y vendido a más de 45 gobiernos. Si bien inicialmente estos lo emplearon para perseguir y atrapar delincuentes y terroristas, también lo usaron indiscriminadamente para perfilar y hostigar periodistas y políticos de oposición, así como activistas de derechos humanos, entre otros.
Team Jorge habla español
Al menos 4 países Latinoamérica han sido afectados por las operaciones de desinformación del Team Jorge. En México es donde más ha causado revuelo mediático debido a su estrecho vínculo con Tómas Zerón de Lucio, quien fue el director en jefe de la agencia de investigación criminal durante el mandato de Enrique Peña Nieto y actualmente está exiliado o prófugo en Israel.
Según la justicia mexicana, existen irregularidades en su investigación en el caso de la escuela normal Ayotzinapa donde desaparecieron 43 estudiantes. Allí, presuntamente empleó los servicios de estos mercenarios digitales para hacer una campaña mediática a su favor y así limpiar su nombre.
En Venezuela también fueron contratados estos mercenarios digitales. Durante el periodo de elecciones del 2012, si bien el fallecido líder Hugo Chávez no participó, fue blanco de desinformación creada y diseminada presuntamente por Team Jorge. En Ecuador, al parecer fueron contratados por los hermanos William y Roberto Isaías Dassum, quienes en su momento fueron respetados empresarios y ahora cuestionados por su presunto papel en la quiebra del Banco Filanbanco. En este caso, mercenarios israelíes desarrollaron una narrativa favorable a los hermanos donde se afirmaba que eran víctimas de persecución política por parte del gobierno de turno.
¿Lo nuevo y lo tradicional?
Si bien tradicionalmente las investigaciones sobre desinformación en la región se han enfocado en las operaciones de influencia ejecutadas por Estados no democráticos, este nuevo hallazgo evidencia, en primer lugar, que los soberanos no son los únicos responsables de este tipo de operaciones. Por otro lado, esto confirma que la industria privada de la desinformación es un fenómeno transnacional que erosiona fácilmente las fronteras estatales. Por último, se revela que los vínculos entre este tipo de compañías y los gobiernos, políticos de turno y empresarios son más estrechos de lo que podemos imaginar.
Así que seguir investigando es una labor irremediable. Sin embargo, esto requiere de una constante actualización y formación en inteligencia de fuentes abiertas o OSINT por sus siglas en inglés. Pues hace unos pocos años atrás, el objetivo era identificar el comportamiento de cuentas automatizadas en redes como Twitter o Facebook. Ahora, con el desarrollo masivo de avatares apoyados en inteligencia artificial, identificar lo falso en medio de un entramado algorítmico con millones de datos al servicio del mejor postor es significativamente más complejo.
Autor
Estudiante del Máster en Gerencia del Desarrollo Global de la Universidad de East Anglia, Inglaterra. Máster en Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes. Participante del Programa de Formación 360/Digital Sherlocks (DFRLab) del Consejo Atlántico para combatir la desinformación cohortes 2021-2022.