Como en todo proceso de “autocratización democrática”, Noboa necesita moldear el contexto institucional a su imagen y semejanza como lo hizo Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador, Bukele en El Salvador y Donald Trump en Estados Unidos.
No hay escenario más perjudicial para la agenda de equidad económica, justicia social, derechos humanos y fortalecimiento de la democracia en Brasil que el que podría surgir del regreso de la extrema derecha al poder.
La polarización del voto en dos candidaturas contrasta con la alta fragmentación de la base social, que se expresa en la gran cantidad de organizaciones políticas.
Entre 2017 y 2024, el país atravesó un deterioro sin precedentes en la región, cuyos efectos han resultado especialmente perjudiciales para los sectores más vulnerables y para la ciudadanía en general.